AZUTÁN

En el siglo XIV el cardenal don Pedro Tenorio

hizo construir un puente para cruzar el Tajo

en el lugar de paso de las peregrinaciones a Guadalupe.

Ese lugar es conocido desde entonces como Puente del Arzobispo.

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Muy cerca, se encuentra el poblado de Azután,

en la vega del río.

Azután pertenece a la comarca de La Campana de Oropesa,

aunque geográficamente está en la de La Jara.

Linda con la provincia de Cáceres

y con los municipios toledanos

de Alcolea de Tajo, Puente del Arzobispo, El Bercial y Navalmoralejo.

Es la villa más antigua de La Jara;

en su término existen asentamientos desde la Edad de Piedra,

como lo prueba el “dolmen de Azután”,

ubicado en las inmediaciones del pueblo.

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Un dolmen, palabra que en bretón significa mesa de piedra,

es una construcción megalítica

consistente en varias losas, llamadas ortostatos,

hincadas en la tierra en posición vertical formando un círculo

y una laja de cubierta apoyada sobre ellas horizontalmente.

El conjunto conforma una cámara

y suele estar rodeado por un montón de tierra de sujeción

o por piedras que recubren la parte inferior de las losas verticales,

formando un túmulo, una pequeña colina artificial.

A veces a la cámara se le añade un pasillo de piedras

que conecta la tumba con el exterior

a modo de paso para la entrada del cortejo funerario.

Estas estructuras fueron construidas en Europa Occidental

durante la Edad de Piedra.

Su función solía ser la de sepulcro colectivo,

pero también se cree que pudo ser una forma de marcar un territorio

y reforzar la identidad grupal.

El culto a los antepasados actuaba como elemento aglutinador.

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El dolmen de Azután se encuentra junto a la carretera

que une el pueblo de Puente del Arzobispo con La Estrella,

a unos 5 kilómetros,

poco después de la desviación a Azután, a mano derecha,

sobre una curva.

Se halla en medio de un cultivo de cereal,

sin señalización alguna

ni más acceso que el mismo campo de cultivo.

Está medio oculto por las hierbas,

de manera que es fácil confundirlo

con un mero accidente del terreno.

Quizás esa mimetización con la tierra

le sirve de protección.

Está datado en el 4.500 antes de Cristo.

Presenta una estructura de cámara y corredor.

Es un túmulo de casi 20 metros de diámetro

en el que se inscribe el recinto sepulcral,

formado por bloques de granito de 2 metros de altura media.

En torno a la cámara se dispuso un anillo peristáltico

compuesto por 21 ortostatos

de altura algo inferior a la de la cámara.

Ha perdido el techo.

En las losas hay numerosos grabados:

cazoletas, líneas quebradas, canaladuras...

Quizás eran elementos decorativos,

quizás referencias a deidades,

quizás marcas identificativas de la tribu.

En sus inmediaciones se han hallado restos

de piedras talladas, de cerámica, de huesos labrados...

Probablemente formaron parte

de los ajuares mortuorios.

El lugar fue espacio de enterramiento de muchas generaciones.

Los hombres primitivos debieron tener este enclave como sagrado.

Resulta importante su conexión con los cursos de agua del entorno:

el río Tajo, los arroyos de Linares y de La Anguilucha,

el Huso, el arroyo de La Mora...

Además, hay numerosas corrientes subterráneas.

Muchas construcciones sagradas, como los megalitos,

se solían situar en lugares donde el agua subterránea abundaba,

pues en ellos la energía de la tierra está más concentrada,

es más fácilmente perceptible.

Así, las fuerzas telúricas dentro del túmulo son muy potentes.

La orientación del acceso del dolmen es hacia Levante:

se entraba a guardar los restos de los muertos

por el mismo lugar por donde se filtraba la luz del sol naciente

mientras los muertos se encaminaban hacia el Poniente,

hacia el más allá.

Por la noche, en el Este, frente a la puerta del dolmen,

se observa en verano la constelación del Pastor,

con la estrella Arcturus,

guía para peregrinos

y protectora frente a los peligros que pudieran acechar

a los que hacían el viaje de la muerte.

Al fondo del dolmen, hacia el Oeste,

se encuentra la constelación de Orión.

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Todo en la contrucción de este dolmen

tuvo una impregnación mágico-religiosa

y aún ahora, estas piedras mimetizadas con el campo

parecen esconder secretos antiguos.