domingo, 16 de junio de 2013

TOLEDO. Mezquita de las Tornerías



La mezquita llamada de las Tornerías
(por estar ubicada en la calle de tal nombre)
fue construida en el siglo XI
sobre los restos de un depósito de agua (“castellum aquae”) romano.


Se ha apuntado que quizás fue
el oratorio particular de algún árabe notable.


Sigue la misma tradición califal que su modelo toledano,
la mezquita del Cristo de la Luz.
Con la ruda y sencilla ornamentación del primer periodo árabe.


A causa del desnivel del terreno sobre el que se levantó,
el edificio se construyó con dos plantas,
cosa inusual en las mezquitas.

La entrada desde la plaza del Solarejo
está a nivel de la sala de la mezquita o zona de culto,
mientras que el acceso de la calle Tornerías
se abre a la planta baja o sótano,
donde se encuentran las estructuras del depósito de agua
que sirven de cimiento a la mezquita,
con arcos de granito de medio punto.

Al piso superior se accedía por una estrecha escalera.


Se hallaba en lo que en época medieval se llamó Arrabal de Francos,
en el centro de un barrio comercial.

La primera vez que aparece mencionada es en 1190,
cuando, al describir un mesón cercano, se dice que estaba situado
«encima de las tiendas de los cambiantes,
junto al Zoco de los Bruñidores,
en el Arrabal de los Francos,
cerca de la mezquita de los musulmanes».

Tras la reconquista de la ciudad,
conservó su culto hasta finales del siglo XV.
La población mudéjar del barrio siguió utilizando su templo
hasta al menos 1498,
año de la última mención documentada de la mezquita.


En 1505 ya no se empleaba como lugar de culto,
pues se conserva un documento en el que su propietario,
el corregidor Pedro de Castilla,
la dona, convertida en mesón, al Hospital de la Misericordia,
indicando que «el qual mesón fue mezquita de moros».

Sin embargo, perduró entre la población
el recuerdo de su utilización como templo, pues en 1641,
en el testamento del licenciado Pedro Rodríguez Machuca,
en el que se funda un Patronato Real de Legos,
se mencionan entre sus bienes
unas casas «que cain a las espaldas de la mezquita».


Después el edificio tuvo muy diversos usos:
diferentes comercios
(bodega, calderería, carpintería,
taller de confección de sombreros de esparto, fábrica de velas)
y finalmente vivienda de alquiler,
propiedad de los marqueses de la Torrecilla.
Se conservan documentos que atestiguan
las numerosas compra-ventas de que ha sido objeto.


Su origen se fue olvidando
y en el siglo XIX algunos estudiosos empezaron a preguntarse
si aquella construcción había sido sinagoga o mezquita.

José Amador de los Ríos fue el primero
en dibujar grabados del edificio,
que fueron publicados en 1879
en “Monumentos Arquitectónicos de España”.


A comienzos del siglo XX vivió allí una familia
que utilizaba el portal para vender verduras.

En 1903, Rodrigo Amador de los Ríos, hijo de José,
pudo entrar en la casa
pagando una pequeña cantidad a la madre de familia,
y vio los destrozos que se habían cometido:
para construir una escalera de acceso a los dormitorios,
instalados arriba,
se había roto una bóveda y el mihrab;
los humos de la cocina ennegrecían la cúpula.


Rodrigo instó al marqués de la Torrecilla a recuperar el edificio.
El propietario logró rescindir el contrato de alquiler.

A continuación, el marqués pidió al Comisario de Guerra
que liberara el templo de las múltiples adherencias de cal y yeso
y derribara los tabiques y cielos rasos añadidos.


En 1905 la Comisión de Monumentos comunicó a la Real Academia
el hallazgo de la mezquita,
y le envió la primera fotografía de la misma.

En 1968 la Dirección General de Bellas Artes
adquirió el edificio por 200.000 pesetas
y realizó nuevas labores de restauración.


En 1980 fue demolida una casa del siglo XVII,
conocida como “El Solarejo”,
que se había construido adosada a la mezquita.


Se emprendieron entonces los últimos trabajos de rehabilitación.

Se conservan restos de la qibla y del mihrab.


Los capiteles que sostienen los arcos de herradura son toscos
y puede sospecharse que algún cantero rompió a golpes
los motivos que tenían anteriormente,
pues quizás procedían de una iglesia cristiana.


En la actualidad, el edificio alberga
el Centro de Promoción de la Artesanía de Castilla - La Mancha,
y también acoge exposiciones.

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