sábado, 15 de junio de 2013

TOLEDO. Mezquita. Iglesia del Salvador




En la actual iglesia del Salvador hubo una mezquita.
Y, antes, un templo visigodo.
Y, antes, un edificio romano.


Para la construcción de la mezquita, como era habitual,
se reutilizaron elementos arquitectónicos anteriores.


En lo que hoy es patio de la iglesia se conserva una arquería:
tres columnas con sus respectivos capiteles,
dos romanos y uno visigodo,
que sustentan cuatro arcos de herradura.


Tras la reconquista de Toledo por Alfonso VI,
en 1085 la mezquita mayor,
ubicada en el emplazamiento de la actual catedral,
fue consagrada como iglesia,
y la mezquita de la Plaza del Conde
se convirtió en mezquita aljama.


Entonces se construyó una nueva nave
para adaptar el espacio a las nuevas necesidades.
Es el actual templo.
Se conserva en él una arquería de herradura
apoyada sobre seis capiteles romanos y pilastras visigodas.


Una de las pilastras presenta en una de sus caras
decoración esculpida de temas figurativos,
cosa poco habitual en este tipo de restos.


Se recogen en ella escenas milagrosas de la vida de Jesús,
en registros superpuestos:
la Curación del Ciego, la Resurrección de Lázaro,
la Samaritana y la Hemorroísa,
en iconografía que parece tomada de algún sarcófago paleocristiano
que pudo servir de modelo.


Cuenta la tradición que hacia 1145
una tormenta pilló por las calles de Toledo
a la joven reina doña Berenguela de Barcelona,
esposa del rey Alfonso VII de Castilla;
La tempestad arreciaba tanto que la dama hubo de guarecerse
en la que entonces era la mezquita principal de Toledo;
allí se encomendó a Dios, y la tormena cesó de inmediato.


Por ello, la reina propuso a su esposo
convertir la mezquita en iglesia bajo la advocación del Salvador.
Doña Berenguela sentía poco afecto por los musulmanes
desde que en 1139 los almorávides atacaron Toledo
hallándose el ejército cristiano ausente,
luchando en el castillo de Oreja,
y la reina defendió la ciudad con sus damas desde las murallas.


Un dato documental de 1159 dice que
«prisieron christianos la Eglesia de San Salvador de moros
el día de San Juan Baptista».


Con la conversión del edificio en iglesia en 1159,
el espacio del actual patio se convirtió en cementerio cristiano.


En el siglo XIV el patio dejó de ser lugar de enterramiento,
se selló con cal y guijarros
y en él se construyó un aljibe.


Por las mismas fechas, la arquería quedó dividida
por el actual muro medianero con el convento de Santa Úrsula,
mediante otra arquería,
ubicada bajo el interior de la arquería islámica.


También por esas fechas se construyó la Capilla de Santa Catalina,
propiedad de los Condes de Cedillo.
En ella fue bautizada la infanta Juana de Castilla,
nacida en las proximidades de la plaza.

En época barroca se procedió al enfoscado de la base de la torre,
ocultando las cenefas con restos visigóticos
con que los musulmanes habían decorado el alminar de la mezquita.

En 1893, al restaurar la Capilla de Santa Catalina,
se halló una inscripción en árabe que decía:
«En el nombre de Alá, el clemente, el misericordioso,
se levantó este palacio [o galería]
con la alabanza y protección de Alá
bajo la dirección de los dos empleados de la obra pía,
los dos directores,
Abderrahmán ben Mohamad ben Alberola y Káçim ben Cahlán,
en el mes de racheb del año 432
[11 de Septiembre de 1040 á 30 de Agosto de 1041];
compadézcase Alá del legatario,
del que cuide o tome parte en su obra,
del que en él haga la oración y del que lea en él;
amen, oh señor del universo.
Y bendiga Alá a Mahoma, el último de los profetas,
y concédale la paz».
Este hallazgo confirmaba que el edificio había sido mezquita.

Esa capilla es privada y al parecer sólo se abre un día al año,
pero se puede visitar
si se solicita a los Condes de Cedillo
o a las monjas del vecino convento de Santa Úrsula,
que tienen la llave.


Hoy la iglesia es propiedad de la parroquia de Santo Tomé,
pero en 2004 el Consorcio de Toledo
emprendió la rehabilitación de los restos de la mezquita.


Se ha limpiado de añadidos el antiguo alminar,
recuperando su decoración.


Se han sacado a la luz las tumbas antropomorfas medievales.


En el suelo del patio, también,
han quedado visibles diversas estructuras
romanas y árabes.


Además, se ha devuelto al altar mayor de la iglesia
el retablo del siglo XVI
que en las últimas décadas presidía
la Sinagoga de Santa María la Blanca.

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