sábado, 23 de noviembre de 2013

TOLEDO. Hospital de Santa Cruz




El Hospital de Santa Cruz fue fundado
por el Cardenal Pedro González de Mendoza
en su testamento.


En él estableció
que todos sus bienes fueran destinados
a su construcción y sostenimiento
y que se pusiera bajo la advocación de la Santa Cruz,
pues Mendoza era cardenal presbítero
de la Basílica de la Santa Croce de Jerusalén.


Fue concebido como lugar de crianza de niños abandonados.


Pedro Salazar de Mendoza, biógrafo del cardenal,
escribía:


«No se puede encarecer el beneficio que ha recebido España
con la fundación de este hospital,
principalmente en la criança de los niños expósitos.


Ha sido singular remedio
contra las crueldades de sus padres.


Vianse antes muchos hijos
arrojados en el campo a las fieras y a las aues,
ahogados otros en los ríos, arroyos, y en los poços.
Otros enterrados en muradales, y otros hechados en lugares sucios.
Los más piadosos los ponían a las puertas de las yglesias,
donde se los comían y despedaçauan los perros y otros animales...


Hanse labrado, a exemplo de este hospital,
otros  muchos en todo el Reyno:
de manera que apenas ay oy buen lugar en él,
en que no aya comodidad y abrigo
para recoger estos niños y criallos».


Mendoza dejaba al Hospital como único heredero,
lo cual garantizaba la ejecución del proyecto.


El Cardenal Pedro González de Mendoza 
murió en 1495.


Sus albaceas
(Isabel I, el Cardenal Cisneros y el sobrino del difunto,
don Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, arzobispo de Sevilla)
cumplieron su última voluntad.


Incluso mejoraron el proyecto,
al trasladar su ubicación
(prevista junto a la catedral, en unas casas del Cabildo)
al solar del convento de San Pedro de Dueñas,
con más espacio y vistas sobre la Vega
y que las monjas benedictinas acababan de dejar libre.


***


Se comenzó a levantar a principios del siglo XVI.


Los arquitectos fueron los hermanos Antón y Enrique Egas.


La portada es de Alonso de Covarrubias.


La escalera del patio principal también es obra de Covarrubias.


De los cuatro patios previstos,
sólo se ejecutaron dos.


De este modo se salvaguardó el convento de Santa Fe,
al que está adosado el Hospital.


***


En 1846, tras la Desamortización, el edificio dejó de ser Hospital
y acogió el Colegio General Militar,
trasladándose las funciones hospitalarias a San Pedro Mártir.


Se efectuaron toscas obras para adaptarlo
al nuevo uso militar.


A comienzos del siglo XX el Hospital quedó abondonado,
al mudarse el Colegio de Infantería al Alcázar.


El edificio sufrió expolios
y se fue deteriorando.


En 1935 se instaló en la vieja construcción
el Museo Arqueológico Provincial.


Al año siguiente estalló la Guerra Civil,
a lo largo de la cual el edificio sufrió graves daños,
debido a su cercanía al Alcázar
y al hecho de servir de cuartel a las milicias republicanas.



Sin embargo, la construcción aguantó,
en medio de un entorno devastado.


En 1961, tras las obras de restauración,
se inauguró el Museo de Santa Cruz.

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