domingo, 21 de junio de 2015

BURGOS. Monasterio de Las Huelgas (I)




El monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas
es un cenobio cisterciense femenino, el más importante de España.


Fue fundado por Alfonso VIII de Castilla
y su esposa Leonor de Plantagenet
(hija de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania
y hermana de Ricardo Corazón de León y de Juan 'Sin Tierra').


La fundación probablemente fue iniciativa de Leonor:
Establecer en la capital de Castilla
un monasterio atendido por nobles damas
que fuese, al igual que Fontevraud,
residencia de la monarquía y panteón dinástico.


Fue fundado hacia 1180.
En 1187 ya consta que el cenobio estaba habitado.
Ese año los reyes hacen una importante donación:
«construimus ... monasterium in La Vega de Burgis
quod vocatur Sancta Maria Regalis».


Fue construido en un lugar de recreo que tenía el monarca
cerca de la ciudad de Burgos.


La nueva construcción incluía
un palacio en el que pudieran alojarse los reyes.


***

La vida en el monasterio comenzó con un grupo de monjas
llegadas de Santa María de la Caridad de Navarra.
Con ellas vino doña María Sol,
que fue la primera abadesa de Las Huelgas.
Doña María Sol pertenecía a la Casa Real de Aragón.
Recibió el sagrado báculo ante muchos príncipes y obispos.
Ella misma consagrará a doña Constanza, hija de Alfonso VIII.
Consiguió tener en su convento
jurisdicción semejante a la del abad de Císter.
Gobernó durante 16 años, desde 1187 hasta 1203, año en que murió.
Se cree que está enterrada en la sala capitular.

La segunda abadesa fue doña María Gutiérrez,
que falleció en 1205.

Le sucedió la infanta doña Constanza, hija de los reyes fundadores.


Las Huelgas acogió a distinguidas damas de la nobleza castellana
y su abadesa llegó a tener gran autonomía y mucho poder,
dependiendo directamente del Papa.
Era dueña de una gran patrimonio:
54 villas, tierras, molinos y exenciones fiscales
de pontazgo, portazgo y montazgo;
el señorío tenía su propio fuero, que aplicaba la abadesa.
Los privilegios de la abadesa se mantuvieron hasta el siglo XIX,
cuando fueron suprimidos por el papa Pío IX.


***

Uno de los motivos que impulsaron a los reyes a fundar el monasterio
fue el de convertirlo en panteón real,
y ellos mismos quisieron ser enterrados en él,
como fundadores de una nueva dinastía.
El abuelo y el padre de Alfonso yacían en la catedral toledana.
Alfonso VIII estaba construyéndose una imagen dinástica propia.
Utilizó por primera vez el castillo como emblema heráldico
frente al león mantenido por su primo y su tío,
y su cadáver será cubierto con un manto estampado con castillos.


Del Oviedo de Alfonso II el Casto arrancaba la tradición
de organizar una civitas regia con palacio, capilla y panteón.
Más tarde Ramiro II dotó a la ciudad de León
de un complejo regio similar al de Oviedo - monasterio y palacio -,
y allí su hija Elvira construyó un primer cementerio real leonés.
A imitación de los panteones leoneses,
bajo el patrocinio de Alfonso VI se construyó
a los pies de la iglesia monasterial de Sahagún
una capilla-panteón, capilla funeraria real.


En Las Huelgas, al igual que en Oviedo o en León,
el cementerio real se ubicó en un monasterio contiguo al palacio.


En 1199 Guido, el abad de la Orden, visitó Las Huelgas
para recibir de Alfonso VIII la fundación burgalesa.
En la casa madre del Císter
se estaba construyendo una capilla funeraria para los fundadores.
De modo similar, Alfonso y Leonor manifiestan su deseo
de ser enterrados en el monasterio con toda su descendencia.
En 1204 el rey hace testamento y en él expresa su voluntad
de que un sepulcro aloje sus restos (“ubi corpus meus tumuletur”).


En toda la iglesia hay sepulcros de la familia real,
unos labrados y otros lisos.


Las Huelgas llegó a ser el principal panteón regio de Castilla
y conserva sepulcros de miembros de la realeza hasta el siglo XVI.


En el atrio de la iglesia también hay enterramientos,
que se cree corresponden a caballeros
muertos en la batalla de las Navas de Tolosa.


La sala capitular, como era habitual en las abadías cistercienses,
sirvió como cementerio de las abadesas.
Es posible que de allí provengan seis sarcófagos
que se conservan hoy en las Claustrillas.


***

Con anterioridad a la muerte de los reyes,
ya fueron enterrados en Las Huelgas algunos de sus hijos
fallecidos prematuramente:


Sancho, el segundo hijo tras Berenguela, primer hijo varón,
que nació en abril de 1181 y murió en julio del mismo año,
Sancha, Mafalda y Leonor.
Sus sepulcros quizás inicialmente estuvieron en las Claustrillas,
donde se hallaba el primer cementerio real,
y en la actualidad se encuentran en la iglesia,
en la nave de Santa Catalina.


Uno de ellos está ricamente decorado
e incluye un epitafio fechado en 1194:
QUIS QUIS ADES QUI MORTE CADES
NostRA/ Per LEGE PLORA
SUM QUOD ERIS QUOD ES TempoRE FUI
PRO ME PRECOR ORA E/
MCCXXXII.
«Quienquiera que seas, en la muerte caerás,
atiende y llora la mía.
Soy lo que serás y fui lo que ahora eres;
te ruego que reces por mí. 1194».
Se ignora a qué infante corresponde.


En 1189 había nacido Fernando,
que durante unos años fue el heredero,
pero que murió antes que sus padres, en 1211.

Los reyes entregaron al monasterio una importante suma de dinero
para adornar su sepultura (“ad ornandum sepulturam”).


***

El panteón inicial parece ser que estuvo en las Claustrillas.

Rodrigo Jiménez de Rada relata
que monarcas e infantes fueron enterrados juntos en el monasterio.
Don Rodrigo había visitado las sepulturas regias
y oficiado varios de los funerales.
Indica que la reina Leonor fue enterrada junto a su marido,
y que el rey Enrique, fallecido en 1217,
fue enterrado al lado de su hermano Fernando.


En 1279, siendo monja en el monasterio la infanta doña Berenguela,
hija de Fernando III,
todos los sepulcros fueron trasladados al interior de la iglesia.
Se consagraron entonces tres cementerios:

«Et tunc dedicatum fuit cemaeterium nobilissimi regis Alphonsi,
fundatoris praefati monasterii,
cemaeterium aliorum regum,
cemaeterium infantissarum, et capitulum».


En la nave central se colocaron los nuevos sepulcros,
labrados con ocasión del traslado,
de Alfonso VIII y de Leonor de Aquitania,
y también el de la reina Berenguela.
En la nave de la Epístola o de San Juan
se ubicó el cementerio de las infantas, señoras del monasterio.
Y la nave del Evangelio o de Santa Catalina
se dedicó a cementerio de los demás reyes e infantes.


El documento de traslado no indica la proveniencia de los cuerpos,
pero, según la tradición conservada en la memoria de las monjas,
éstos procedían de la capilla de las Claustrillas.


***

Además de los reyes fundadores,
los miembros de la familia real enterrados en la iglesia
son los siguientes:


NAVE CENTRAL:

BERENGUELA DE CASTILLA,
hija primogénita de Alfonso VIII y de Leonor de Plantagenet.
Esposa de Alfonso IX de León.
Madre de Fernando III el Santo.

BERENGUELA DE CASTILLA,
hija de Fernando III y de Beatriz de Suabia.
Monja en Las Huelgas.

BLANCA DE PORTUGAL,
hija de Alfonso III de Portugal y de Beatriz de Castilla.
Sus abuelos fueron:
por parte de padre, Alfonso II de Portugal
y su esposa Urraca de Castilla,
y por parte de madre, Alfonso X de Castilla
y su amante Mayor Guillén de Guzmán.
Fue abadesa de Las Huelgas.

MARÍA ANA DE AUSTRIA,
hija bastarda de don Juan de Austria, nieta de Carlos I.
Fue abadesa de Las Huelgas.
Falleció en 1629.

MARGARITA DE SABOYA,
hija de Carlos Manuel de Saboya, prima de Felipe IV.
Esposa de Fernando de Gonzaga, Duque de Mantua.
Fue Virreina de Portugal de 1635 a 1640.
Falleció en 1655.


*** 


NAVE de la EPÍSTOLA o de SAN JUAN:

Muerta en 1196: MARÍA DE ALMENARA,
hija del conde Ermengol VI de Urgel
y de Elvira Rodríguez de Lara.
Biznieta de ALFONSO VI de León.

Muerta en 1243: CONSTANZA,
hija de ALFONSO VIII y de Leonor.
Abadesa de Las Huelgas.

Muerta en 1242: CONSTANZA,
hija de ALFONSO IX y de Teresa.
Monja en Las Huelgas.

Muerta en 1280: CONSTANZA,
hija de ALFONSO X y de Violante.
Monja en Las Huelgas.

Muerta en 1292: ISABEL DE MOLINA,
nieta del infante Alfonso de Molina,
biznieta de ALFONSO IX.
Monja en Las Huelgas.

Muerta en 1359: LEONOR DE CASTILLA,
hija de FERNANDO IV y de Constanza de Portugal.
Esposa de Alfonso IV de Aragón.

Muerta en 1333: MARÍA DE ARAGÓN,
hija de JAIME II de Aragón y de Blanca de Nápoles.
Esposa de Pedro de Castilla, hijo de SANCHO IV.
Madre de Blanca:

Muerta en 1375: BLANCA DE CASTILLA,
hija de Pedro de Castilla y de María de Aragón.
Nieta de SANCHO IV.
Abadesa de Las Huelgas.

Muerta en 1543: MARÍA DE ARAGÓN,
hija bastarda de FERNANDO EL CATÓLICO.


*** 


NAVE del EVANGELIO o de SANTA CATALINA:

Muerto en 1207: FERNANDO,
hijo de SANCHO VI de Navarra y Sancha de Castilla,
hija de ALFONSO VII.

Muerto en 1181: SANCHO DE CASTILLA,
hijo de ALFONSO VIII y Leonor.

Muerto en 1211: FERNANDO DE CASTILLA,
hijo de ALFONSO VIII y Leonor.

Muerto en 1217: ENRIQUE I DE CASTILLA,
hijo de ALFONSO VIII y Leonor.

Muerto en 1261: SANCHO DE CASTILLA,
hijo de FERNANDO III y Beatriz de Suabia.

Muerto en 1283: MANUEL DE CASTILLA,
hijo de FERNANDO III y Beatriz de Suabia.

Muerto en 1275: FERNANDO DE LA CERDA,
hijo de ALFONSO X y Violante de Aragón.

Muerto en 1333: ALFONSO DE LA CERDA,
hijo de Fernando de la Cerda.

Muerto en 1319: PEDRO DE CASTILLA,
hijo de SANCHO IV y María de Molina.
Padre de Blanca de Castilla, abadesa.

Muerto en 1327: FELIPE DE CASTILLA,
hijo de SANCHO IV y María de Molina.

Muerto en 1343: SANCHO DE CASTILLA,
hijo bastardo de ALFONSO XI y Leonor.


Están enterradas también en esta nave 3 hijas de los fundadores
que murieron de niñas, en fecha imprecisa:
SANCHA
MAFALDA
LEONOR.

Y otra infanta LEONOR, hija también de los fundadores,
esposa de Jaime I de Aragón, muerta en 1244.

Margarita de Saboya

Y hay otro enterramiento de dudosa atribución,
quizás de un hijo natural de Alfonso X.


***

Todas las tumbas fueron profanadas y expoliadas por los franceses
durante la invasión napoleónica.

María de Almenar

Los ajuares de los cadáveres se perdieron,
salvo el de don Fernando de la Cerda,
cuyos ropajes se conservan en el Museo de las Telas Medievales
(antiguo almacén del monasterio).

Ana de Austria

A mediados del siglo XX se examinó el interior de los sarcófagos
y se extrajo lo poco que quedaba en ellos de valor,
que se trasladó al Museo: algo de ropa, algún cojín...

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